La ruta se inicia en Piedrasecha, para tomar enseguida una vereda casi paralela al arroyo de Los Calderones. Pronto se llega a la fuente del Manadero y un poco más allá, la Cueva de las Palomas alberga una sencilla ermita rupestre que custodia la imagen de Nuestra Señora del Manadero. Al seguir avanzando, pronto se observa que el río ya no fluye en superficie, sino que su circulación es subterránea. Así se cruza todo el desfiladero, con paredes verticales que en algunos puntos casi llegan a tocarse. El camino progresa sobre el antiguo lecho del arroyo, entre cantos rodados y marmitas gigantes. Los Calderones están considerados como Punto de Interés Geológico, catalogado con el número PIG 35 en el atlas del Medio Natural de la Provincia de León. Desde el refugio de Mataluenga, el camino ya sin señalizar, continúa ascendiendo poco a poco para salvar el desnivel hasta el collado del Fito, el último repecho tras el collado, conduce a las Vegas del Palomar, se regresa a través del mismo desfiladero hasta el pueblo de Piedrasecha.