Para nuestra segunda ruta del desafío, hemos diseñado una travesía que permite explorar destinos distintos al punto de partida. Esta flexibilidad es una de las ventajas que ofrece este medio de transporte, permitiéndonos realizar recorridos a pie o en bicicleta, ya sea por carreteras o senderos de montaña. Comenzaremos en Garrafe y nos dirigiremos hacia el encantador pueblo de Riuforco, cruzando el río Torío, que será un compañero de viaje en otras rutas del desafío. Disfrutaremos de sus aguas cristalinas donde, seguramente, podremos observar truchas serpenteando en sus corrientes. Una vez atravesado el río Torío y el pueblo de Riuforco, tomaremos un camino hacia el sur, que será la dirección principal de nuestra jornada. Continuaremos por este amplio sendero hasta llegar a una pista, donde giraremos hacia el este, ascendiendo gradualmente hasta tomar nuevamente rumbo sur por un sendero que divide los hermosos parajes del Vallín de los Plantíos y del Vallín de los Árganos. Aquí superaremos el tramo más empinado del recorrido, alcanzando el punto más alto de la ruta, a unos 1000 metros de altitud. Desde esta elevación, disfrutaremos de una panorámica que abarca casi todas las localidades del ayuntamiento de Garrafe de Torío, un total de nada más y nada menos que quince encantadores pueblos. Tras disfrutar de estas vistas, tomar un respiro, un trago de agua y quizás un bocado algún alimento sólido, ya sea algún embutido de la zona o una moderna barrita energética, seguiremos hacia el sur por un camino que nos llevará al paraje del Monfrío. Descenderemos gradualmente los metros ganados con anterioridad por un sendero ancho rodeado de pinos y robles, donde probablemente estemos siendo observados por la fauna silvestre que habita estos bosques, difícil de avistar casi siempre, pero que en ocasiones algún confiado individuo, como puede ser un bonito corzo que no se percate de nuestra presencia se deje ver por unos instantes. Una vez más a unos 800 metros de altitud y cerca de la localidad de Villaverde de Arriba, nos enfrentaremos al tramo final, cruzando nuevamente el río para después de unos 100 metros alcanzar nuestro destino. En el Bar Robles, atendido por nuestros amigos Pablo y su hermana Carmen, dos jóvenes que han continuado con el negocio familiar, donde nos aguardará un merecido descanso y es obligatorio deleitarse con los auténticos productos locales, si la meteorología lo permite, al aire libre en su maravillosa terraza.

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