Llegamos a la joya de la corona de este Desafío Hullero: la jornada de montaña que nos llevará a la cima con más altitud, nada más y nada menos que 1834 m. Quizás ésta sea la elección más lógica para dejarla como última jornada, por ser la de mayor desnivel acumulado, así las demás nos habrán servido como entrenamiento. Técnicamente no se trata de una montaña exigente. Se trata de un camino con una buena traza donde no tendremos problemas de orientación y, como siempre, tendremos en Dersu a un gran aliado por si es necesario apoyarnos en él. Iniciaremos la ruta en el apeadero de Cistierna; después de este largo viaje en tren, un cafetín en el bar el Hayedo nos vendrá bien. Este bar será también nuestro punto de llegada, un estupendo local para recargar fuerzas con buenos bocadillos de embutido de la zona. Ya despiertos después del café y el pincho, caminaremos por el municipio, dirección hacia la famosa ermita de San Guillermo de Peñacorada, el patrón del pueblo. Quizás podremos hacer coincidir hacer la ruta un 28 de mayo y así, después de la ruta, podremos disfrutar de las fiestas, o también podemos subir en tren solo para las fiestas y así no tenemos que coger el coche para volver a León, una opción más para usar el “Feve”. Una vez en la ermita continuaremos por un sendero estrecho entre pinos silvestres y poco a poco iremos ganado altitud, pudiendo descansar en algún tramo, como en el Collado Lero o en los Campos de Quintana, donde tomaremos dirección norte para buscar a continuación el Pico Corbero. Ya estaremos a 1678 m, con un pequeño esfuerzo más después de haber bebido un trago de agua estaremos en la cima del Peñacorada, un balcón con unas vistas espectaculares de los Picos de Europa y de la montaña Palentina. Ya bajadas las pulsaciones, no hay mejor manera de recuperar energías que con un poco de embutido de León e incluso, si había fuerzas para subirla, un buen trago de la bota de vino con prieto picudo y a disfrutar del entorno. La moderación en el uso de la bota es necesaria ya que hay que bajar andando, no rodando. La vuelta la realizaremos por su cara norte, un sendero que a veces se pierde entre las rocas, pero en ningún momento nos hará dudar. Iremos en constante descenso hasta el hayedo donde remontaremos unos metros para buscar el sendero perteneciente al Camino Olvidado. Este camino, perfectamente señalizado, nos llevará hasta Cistierna.

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