Fisico 04
Senderismo 02
Exposicion 02
Distancia
26.12 km
Duración
Desnivel positivo
1717 m
Desnivel negativo
2146 m
Punto múltiple . 100
Castell de Cabres
Punto panorámico . 100
Árbol monumental, Enebro de Marc.
Punto de control . 100
Fuente agua no tratada
Desvío orientación . 100
Desvio a GR7
Desvío orientación . 100
Dejamos GR7 atentos
Esta es una etapa de La Ruta dels 7 Pobles de la Tinença de Benifassá. Puedes encontrar toda la información y realizar tu reserva en: 7pobles.com. Los textos y fotos pertenecen a Eliseu T. Climent. La segunda y tercera etapa representan los puntos fuertes del recorrido en cuanto a exigencia física. Habrá, pues, que madrugar para poder disfrutar, sin prisas, de este territorio. Iniciamos la jornada encarando un camino con lazadas que no deja tiempo para el calentamiento. La subida es intensa pero breve. En lo alto, hay que girar la vista: nos despedimos del pueblo, que pervive al abrigo de una colina. La piedra seca hace acto de presencia; se manifiesta visiblemente en márgenes, en restos del adoquinado del camino tradicional por donde circulamos, en el vertedero que sirvió para el desplazamiento del rebaño. Vertebra una composición natural desnuda, caliza, áspera. Estamos a una considerable altitud, siempre por encima de los 1.100 metros. La meteorología, en días inclementes, pone aquí lo difícil: no es cuestión de confiarse. Y es en esta latitud donde se despliega un paisaje de una singular vaguedad, característico de las cotas altas de la Tinença de Benifassà, con alternancia de pequeños planos con colinas poco marcadas. Aquí y allá, masías, testigos de una vida resistente, obstinada, dispersa. Y una toponimia que recuerda el uso que tuvieron el lugar y la gente que los poseyó: pasamos el Boveral, donde debieron pastar rebaños de bueyes, y el Muladar, con una etimología evidente. A medida que avanza la etapa, la orografía se encrespa: las montañas toman forma con absoluta contundencia, las pendientes se acentúan y el terreno se vuelve intransigente. Nada más perder altura, aparece de nuevo el bosque. En un claro, está la masía de la Borja. En ruinas y de unas dimensiones espectaculares con los distintos edificios que lo componen, preserva el eco de un tiempo pretérito. Desde aquí, nos sumergimos en el barranco del mismo nombre, donde la piedra hace que los kilómetros se ganen con un esfuerzo penitente. En medio de esa geografía solitaria, la sensación de aislamiento es excesiva. A la salida del barranco de la Borja, aparece el acantilado inflexible, otro elemento identitario del paisaje de la Tinença de Benifassà. Tocamos puntualmente el asfalto para abastecernos en la fuente de la Fou. Se trata de una carretera estrecha, vecinal, que conecta los pueblos de Vallibona y Rossell. La fuente es un punto estratégico para hacer un receso: el tramo final de la etapa reclama una buena dosis de energía para salvar los casi 500 metros que nos separan de Bel. De este pueblo a La Pobla de Benifassà, circulamos por el antiguo camino con un descenso final acusado que acabará de consumirnos las reservas.
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