Peligros habituales en montañismo

Peligros habituales en montañismo

Peligros objetivos a los que nos exponemos en la montaña

Miguel Achútegui | 8 jul 2022

Cuando hablamos de peligro en actividades de montaña inevitablemente tenemos que pensar en dos conceptos: Peligro y riesgo.

El peligro es, literalmente, aquella situación en la que existe la posibilidad o amenaza de que exista un contratiempo o accidente.

En montaña, diferenciamos dos tipos de peligros:

  • Objetivos: propios de la montaña en cuanto a entorno.

  • Subjetivos: los que genera cada persona por la falta de preparación previa, equipo inadecuado, errónea elección del itinerario, etc.

Después de esta breve aclaración, puedes enumerar y reconocer los peligros objetivos a los que te vas a exponer en tus salidas a la montaña y cómo afrontarlos:

  • Frío y humedad: utiliza material adecuado y ten en cuenta la previsión meteorológica.

  • Calor: intenta evitar la exposición en horas centrales del día y protege la cabeza y extremidades. Utiliza siempre protector solar y labial.

  • Viento: hace que descienda radicalmente la sensación térmica. Utiliza prendas cortavientos o con membrana impermeable

  • Rayos y tormentas: presta atención a la formación de “cumulonimbos”, descenso rápido de presión en altímetros barométricos. Evita cumbres, crestas o zonas expuestas. En caso de estar anclado a una línea de vida, alarga tu cabo de anclaje.

  • Niebla: puede generar desorientación, mareo y desequilibrio. Es de vital importancia conocer el manejo de mapa, brújula y GPS.

  • Oscuridad: planifica tus actividades con margen de sobra para terminar con luz suficiente. Lleva siempre contigo linterna frontal y pilas.

  • Desprendimientos o caída de piedras: presta atención los días siguientes a fuertes lluvias o tormentas y cuando haya personas que transiten por delante o detrás nuestro.

  • Caídas por cortados o laderas inclinadas: en zonas escarpadas o en aristas, así como en laderas de fuerte inclinación y roca o hierba, te expones a caídas de varios metros. Presta atención, reduce la velocidad y utiliza el material necesario.

  • Altitud: no es habitual, pero por encima de 2.500m. de altitud pueden presentarse síntomas de mal agudo de montaña. Por encima de esta altitud realiza el ascenso a una velocidad menor y desciende si se presenta cualquier síntoma.

  • Picaduras y mordeduras: respeta siempre una distancia prudencial con cualquier tipo de animal que pueda generar algún problema.

Una vez conocidos y analizados los peligros, el riesgo es el que cada montañista asume al exponerse a los peligros objetivos que va a encontrar en la montaña. 

Podemos decir que, en las actividades que realices en montaña tu objetivo ha de ser el de reducir el riesgo al máximo, teniendo en cuenta que el riesgo 0 no existe.