Cada vez vemos a más gente haciendo paseos con raquetas de nieve y es una gran noticia.
Esta es una actividad perfecta para hacer con gente de diferentes niveles o cuando queremos disfrutar de paisajes nevados en terrenos sin grandes pendientes.
Como siempre, la planificación es fundamental para esta actividad, ya que las raquetas no son aptas para todas las condiciones de nieve ni para todos los tipos de terreno. Haremos rutas sin grandes pendientes y con nieve blanda (nunca nieve dura) y por supuesto, jamás con hielo.
Aunque las raquetas de nieve no requieren de un aprendizaje complejo, para la primera vez, siempre es mejor ir con alguna persona experta que te ayude a aprender las técnicas desde el principio para evolucionar más rápido y con mayor seguridad.
En cuanto al material que vas a utilizar, es importante saber que existen diferentes tipos de raquetas, aquí te contamos algunos consejos generales que valdrán para la mayoría de ellas:
Siempre llevaremos las raquetas con botas, lo más rígidas posible.
Ponte las raquetas ya en la nieve, no hace falta sufrir por el asfalto
Cada una en su pie: con los cierres hacia fuera, así no habrá roces ni choques en los tobillos.
Hazlas de tu talla: ajusta la placa de sujección de la raqueta al largo de tu pie, que no haya holgura.
Ajusta sin apretar: la bota debe ir segura en las sujeciones sin llegar a oprimir el empeine con la cinta.
Revisa tras arrancar: ten en cuenta que el pie irá en movimiento y es posible que necesites ajustes.
Talón liberado: las raquetas están pensadas para llevar con el talón liberado, haciendo la zancada más cómoda y natural.
Sobre el talón bloqueado en raquetas de nieve
Nunca bloquearemos el talón en marcha, de hecho, el pequeño alambre que llevan para retener la fijación, está pensado para que no vaya dando golpes en el transporte. Es una pieza bastante frágil y no está pensada para utilizarse con las raquetas puestas.
En algún caso puntual, puede servir para que personas muy inexpertas puedan dar algunas zancadas delicadas sin que se les desequilibre la raqueta (atravesar un pequeño torrente por ejemplo). Pero si bajamos con el retenedor puesto estamos haciendo un esfuerzo extra y salpicando de nieve nuestras piernas a cada paso.
Para caminar correctamente con raquetas, sobre todo en terrenos irregulares, siempre llevaremos bastones. Las raquetas añaden peso y volumen en todos tus pasos, por eso, necesitaremos un refuerzo para nuestra actividad.
Con los bastones, no cargamos todo el trabajo a las piernas (¡y rodillas!) y repartimos el esfuerzo del movimiento con el tronco superior y ahorramos energía.
Además, en terrenos nevados, nos darán estabilidad si cambia la consistencia de la nieve y nos ayudarán a levantarnos si nos caemos en una zona de nieve profunda.
Altura adecuada: dobla el codo 90º (un ángulo recto) y modifica la altura del bastón hasta que el puño quede en tu mano.
Bien empuñados: Introduce la mano de abajo a arriba en la cinta (dragonera), ajusta la tira y agarra el puño. Si disponen una empuñadura cómoda y los encajas correctamente, te resultarán útiles desde el primer momento.
Siempre con roseta: Para que el bastón no se hunda en la nieve, pon la roseta en la punta.