Para empezar a practicar senderismo, es importante conocer y saber interpretar las marcas (señales) que podemos encontrarnos en los caminos, ya que nos pueden ayudar a orientarnos en nuestro recorrido.
Por un lado, tenemos los que conocemos como “Senderos Homologados” por la FEDME. Se trata de recorridos supervisados que han pasado un control de calidad en cuanto a seguridad, transitabilidad y señalización, cuyas marcas son comunes en todo nuestro territorio y marcan el tipo de sendero y la dirección.
Senderos de Gran Recorrido (GR) - más de 50km: identificados con marcas de color rojo y blanco.
Senderos de Pequeño Recorrido (PR) - entre 10 y 50km: identificados con marcas de color amarillo y blanco.
Senderos Locales (SL) - menos de 10km, identificados con marcas de color verde y blanco.
En algunas zonas de la península se aplica el PR (amarillo) para todos los recorridos cortos.
Además, puedes encontrar rutas con otros tipos de indicadores y/o códigos de colores y no por ello son menos válidos. Cualquier marca puede ser útil siempre que aparezca con una indicación o descripción que te permita identificarla correctamente.
Dan información general y suelen venir acompañadas de un mapa o esquema de la zona con los recorridos marcados y la explicación de las indicaciones.
También dan información relevante como las normas a seguir o datos de lo que vamos a ver.
A veces, las marcas están pintadas sobre piedras, rocas, troncos en lugares que (teóricamente) serán visibles en el sentido de la marcha.
Sobre todo suelen aparecer en los cruces de caminos o desvíos. Estas flechas indican las direcciones de las rutas y a veces, la distancia o el tiempo hasta el lugar indicado.
En zonas de campo abierto donde las sendas no son evidentes (zonas de pasto, etc) podemos encontrar las señales pintadas con colores sobre estacas.
Sobre todo en caminos de alta montaña, donde la traza no es siempre evidente y las marcas convencionales son escasas (por la inestabilidad del terreno).