Al fin. Ya hemos podido disfrutar de la primera buena nevada de la temporada.
Estamos felices. Ha sido una larga espera, por los motivos que ya conocemos. Con esta nevada, la temporada empieza en su mejor versión, para el puente y con un buen paquetón de nieve.
Estos primeros días de puente está cayendo de nuevo otra gran nevada. Mientras esperamos con ansia la primera ventana de buen tiempo, reflexionamos y prevemos que va a ser un puente de locos. Es un momento perfecto para coger la “biblia” de Bruce Tremper ("Avalanchas nociones imprescindibles.") y analizar nuestros hábitos y comportamientos de cara al lunes o martes de la semana que viene, porque podemos encontrarnos en situaciones de peligro.
Por supuesto, hay accidentes por avalancha de gente inexperta, pero curiosamente, la gran mayoría de los accidentes implican a gente experta.
Porque muchas veces pasamos por alto los indicios de inestabilidad, otras subestimamos nuestra capacidad de gestionar las situaciones de riesgo y la mayoría de las veces, tenemos en cuenta el peligro, pero seguimos adelante.
En este tipo de situaciones, tendemos a tomar decisiones rápidas, utilizando atajos mentales basados en experiencias previas.
Con las condiciones de estos días y después de tanto tiempo, la situación será de "histeria colectiva" y es muy probable que cometamos errores, errores principalmente potenciados por lo que llamamos Factor Humano, un factor condicionado por las restricciones de tiempo y posibilidades o por las expectativas que nos imponemos (propias y ajenas).
Aquí os contamos algunas situaciones que afectan a nuestras decisiones y que ocurren frecuentemente, sobre todo con las condiciones de estos días:
Comportamiento en manada: asumimos más riesgos cuando formamos parte de un grupo. Si una persona se tira por una ladera habiendo riesgo de aludes y no le pasa nada, nosotros nos tiramos detrás.
Competencia: queremos ser quien abre camino en una pala o un tubo.
Familiaridad: asumimos muchos más riesgos en lugares conocidos.
Aura de experto: tenemos tendencia a seguir a personas que consideramos expertas, aunque sepan poco sobre avalanchas.
Aversión a las pérdidas: no nos damos la vuelta. Pensamos que "si hemos llegado hasta aquí, ya esquiamos la pala".
Sustitución: damos más valor al buen tiempo que a la situación real de riesgo que existe. En esta situación, para ti no hay más que lo que ves: "Como esta pala está bien, la de allí también."
Ceguera por la meta: cuando tenemos claro qué tubo queremos esquiar, no somos capaces de echarnos atrás y esquiar una pala alternativa.
Predominio de la seguridad sobre la duda: "no sé muy bien como llegar a la pala pero parece que por aquí llegaremos..."
Anclaje: tendemos a pensar que, en situación de riesgo, esquiar en el dominio o cercanías de una estación es más seguro y hoy no va a ser la excepción.
Ilusión del conocimiento: muchas veces tomamos malas decisiones y no ha ocurrido nada malo, nos dejamos llevar por eso y pensamos que tenemos experiencia.
Es muy complicado no dejarse influenciar por todo esto, son situaciones que ocurren naturalmente, pero que nos empujan a tomar decisiones rápidas y erróneas.
La solución pasa por utilizar un pensamiento lógico y más pausado, intentando hacer un análisis de la situación real. Nos puede resultar de gran ayuda ceñirnos a un sistema.
Con una buena planificación, que nos ayude a analizar la situación antes de estar en terreno e intentar no salirnos de la dirección definida, puede ayudarnos de forma sistemática a tomar decisiones.
El contrato de Ulises, en el que no se debe ceder ante la tentación: ni por la euforia del día, ni por la presión de mis amigos, ni debido a ningún motivo que pretenda precipitarnos en la decisión.
El análisis premortem, se trata de pensar en las consecuencias de una decisión mal tomada y visualizarla como si fuera una noticia de un telediario después del puente de diciembre.
Decidir en grupo también resulta de gran ayuda. Debatir las dudas, intercambiar impresiones y hacer partícipe a todo el grupo de la responsabilidad de lo que pueda ocurrir después de esquiar una pala.
En definitiva, este puente de diciembre tiene todos los ingredientes para empezar la temporada disfrutando, a tiempo y con buenas condiciones. Pero también viene cargada de circunstancias que pueden hacernos elegir atajos no deseados a la hora de tomar decisiones.
¡Disfruta de la temporada, nos vemos en la nieve!