Ahora que llega el verano, el cuerpo nos pide hacer planes para salir a disfrutar del aire libre. Pero ojo, el sol y el calor se pueden convertir en nuestros peores enemigos durante la jornada si no tenemos precaución y nos protegemos adecuadamente, ya que podemos sufrir una insolación o golpe de calor.
Para que puedas evolucionar en tus actividades de montaña con seguridad, en Dersu encontrarás una sección de aprendizaje, donde te contamos, en breves píldoras informativas, algunos consejos para evolucionar en tus rutas de senderismo.
Estas son algunas medidas y precauciones para planificar tus rutas este verano:
Siempre que puedas, elige una ruta donde haya zonas de sombra tipo bosque y/o zonas con agua en las que puedas refrescarte a lo largo del recorrido. Los días de más calor evita los lugares poco arbolados y con poca vegetación, en estos enclaves el suelo y el ambiente acumulan mucho calor y esto puede hacer especialmente desagradable la jornada.
Realiza la ruta durante las horas más frescas del día (por la mañana temprano, siempre que sea posible) y evita las horas centrales, que son las más calurosas.
Si la temperatura es mayor de 30ºC hay que extremar las precauciones, pero si supera los 35ºC es mejor cambiar el plan e irse a pasar el día a remojo (esta situación constituye un riesgo extremo). Atención también en ambientes muy húmedos ya que se transpira mucho más y el sudor, que permanece líquido, no puede ser eliminado, aumentando el riesgo de sufrir un golpe de calor.
En estos días no puede faltar
ón solarGorra (a ser posible que tape el cuello)Agua en exceso (mínimo 2 litros para una salida de media jornada, atención si confías en rellenar tu botella durante el recorrido porque en verano las fuentes pueden estar secas) Alimentos ricos en sales minerales (al sudar se eliminan muchas sales que hay que ir reponiendo). Ropa de color claro, ligera y un poco holgada que permita evaporar el sudor y ventilar adecuadamente nuestro cuerpo.Protégete de la radiación con crema y cúbrete bien la cabeza, el cuello y la cara (zonas más sensibles a la temperatura). Hidrátate con frecuencia aunque no tengas sed y ve reponiendo las sales minerales. Puedes rociarte o pulverizar agua sobre tu piel y abanicarte para refrescarte de vez en cuando.
Tomar bebidas con azúcares, cafeína o alcohol.
Beber agua muy fría y de manera rápida.
Lanzarte de golpe a una masa de agua (puede provocar un shock térmico, a la hora de tomar el baño se debe entrar poco a poco).
Llevar la piel expuesta a la radiación solar (ir sin camiseta, en bikini, etc).
Empapar tu ropa para seguir la marcha (moja la piel y obstruye la ventilación).