Después de varios días de fuertes nevadas, ha llegado la calma, ha salido el sol y han subido las temperaturas. Ha llegado el sol de invierno, el anticiclón, las condiciones primaverales. Es un placer salir a la montaña con sol, pero esto no significa que tengamos que relajarnos, si no que tenemos que fijar la atención en otras cosas.
Hoy te contamos cómo planificar una salida de esquí con condiciones primaverales, qué debemos tener en cuenta al planificar y en qué fijarnos una vez estamos en ruta.
En cuanto a la meteo, vemos las condiciones primaverales: días y noches despejadas, con temperaturas mínimas y máximas relativamente suaves.
Esto significa que la nieve gana en humedad y se endurece durante las horas sombrías o de noche. En las horas soleadas, la temperatura aumenta y se da una fusión de los granos nieve en superficie, por lo que se ablanda.
Esto se refleja también en el BPA - Boletín de Peligro de Aludes, que habla de problemas de aludes de nieve húmeda en caras expuestas al sol y de capas débiles persistentes en caras poco expuestas al sol.
Para nuestra actividad, en este caso el esquí de montaña, nos interesa la situación de nieve húmeda. Debemos buscar el equilibrio entre la estabilidad de la nieve y el disfrute en el esquí.
Debido a la altura que alcanza el sol y el grado con el que incide sobre la nieve, las orientaciones con condiciones más primaverales son las caras E y SE y S, pero además con cierta pendiente, lo que hace que el nivel técnico requerido para el grupo aumente.
Hacemos un análisis del los integrantes del grupo en función de sus niveles, teniendo en cuenta los tipos de terreno y pendientes que frecuentan, las capacidades de orientación y las técnicas de esquí que son capaces de ejecutar. No podemos olvidarnos de sus conocimientos de nivología y primeros auxilios.
En Dersu puedes definir tu nivel técnico teniendo en cuenta estas categorías, además de considerar el nivel físico y de exposición al riesgo.
En cuanto al terreno buscaremos itinerarios que mantengan el equilibrio de la estabilidad de la nieve con el disfrute del esquí, siempre y cuando estén acorde a nuestro nivel técnico.
En nuestra salida, decidimos buscar rutas con palas bien orientadas al sol, E, SE y S y con pendientes mantenidas entre los 25º y 30º buscando unas mejores condiciones de nieve para el esquí.
Por eso, las actividades elegidas durante esta semana han sido Pico de los Monjes, Sanchacollons, Acue, Pico Agüerri o Llana del Bozo, todas ellas con características similares.
Trabajamos con la anticipación como medida de seguridad.
Nos resultó muy útil tener marcados de antemano los puntos de pendiente durante la ruta, esto nos hizo estar alerta y anticiparnos a la pendiente. Siempre hacemos esto evitando aludes, pero en esta ocasión el objetivo era pararnos a analizar las situaciones de riesgo, en las que nos podemos caer y valorar las consecuencias.
Con estas condiciones, adquiere gran importancia el horario.
Hacemos el cálculo de horario teniendo en cuenta a qué hora vamos a pasar por las zonas más expuestas y a qué hora comenzaremos el descenso. Recuerda los cambios que sufre la nieve con el contacto del sol.
Durante estos días, un buen horario para comenzar a esquiar era a partir de las 13.00h. Esto afecta directamente a la hora de salida.
En casa, hacemos un repaso del equipo y material que llevamos para nuestra actividad. Con estas condiciones todo el material es importante, pero le damos más protagonismo a los elementos que nos facilitan la progresión en nieve dura y nos protegen de las caídas.
Tampoco olvidamos hacer el test de DVA, aunque los aludes no sean hoy la amenaza principal, nunca tenemos que obviarlo.
En ruta
Una vez en ruta centramos la atención en la progresión y en la dureza de la nieve.
Esta es una de las situaciones en las que es recomendable ponerse el casco desde el inicio. Es igual de peligroso caerse subiendo que bajando, podría darse la situación de resbalar subiendo y deslizarse ladera abajo.
Para mejorar la progresión valoramos las diferentes opciones: ir solo con las pieles de foca, poner las cuchillas o, directamente, quitar los esquís y ponemos piolet y crampones.
Para decidirnos por la mejor opción de progresión debemos valorar la dureza de la nieve y calibrar las consecuencias en caso de caída, esto puede ayudarnos a decidir.
Para valorar las consecuencias en caso de caída, debemos fijarnos en la dureza de la nieve, la pendiente y la probabilidad de que ocurra. Pero lo que realmente va ayudarnos a valorar es imaginarnos qué ocurriría si nos cayéramos y deslizáramos ladera abajo.
De ahí la importancia del tipo de terreno, debemos fijarnos en la longitud de la caída, que depende de la velocidad y la recepción: si es limpia o está llena de obstáculos. Aquí es muy importante el trabajo de anticipación, aunque es una cuestión que valoraremos en el momento, el haber hecho una buena planificación y el pensar en los puntos críticos nos ayudará a tomar decisiones.
Veamos algunas situaciones en las que es importante anticiparse y elegir si progresar con cuchillas o directamente ponemos los crampones:
Para iniciar el descenso, debemos ir controlando el tiempo, comprobando que no vamos acumulando retraso pero tampoco que llegamos demasiado pronto a la cumbre.
En todo momento iremos controlando la dureza de la nieve para comprobar que no se humedece en exceso, buscando el momento óptimo para el descenso.
Antes de comenzar el descenso nos lo imaginamos y tratamos de valorar también las consecuencias de una caída.
Tratamos de parar para volver a hacer las valoraciones cuando nos encontremos ante cambios de pendiente o de orientación.
No siempre tomamos las mismas decisiones en la montaña.
Es muy importante que tratemos de valorar la situación, las condiciones de la meteo y nivo, el tipo de terreno y los integrantes del grupo.
Debemos ser conscientes de que los aludes no son la única cuestión que debe preocuparnos en la montaña invernal, es muy importante, pero no la única.
Es muy fácil caer en el error de relajarnos en una situación de estabilidad en cuanto a los aludes, pero no debemos olvidar que las caídas tanto subiendo como bajando son el principal causante de los accidentes en terreno nevado.
Con el sol de invierno, prestamos atención a lo que ocurre meteorológicamente, si hay cambios y nuevas situaciones que nos llevan a hacer nuevas valoraciones.